lunes, 24 de noviembre de 2008

Promesas al Siervo

ABeautifulSky Así dice Jehová Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas. (Isaías 42:5-7)

En los versos anteriores de Isaías 42, Dios hizo la maravillosa promesa de un Siervo que venía - esto es, el Mesías que venía en camino, Jesús el Cristo. Esa promesa del Siervo y Su ministerio era tan hermosa que Aquel haciendo la promesa debía mostrar sus credenciales. Justamente como cuando tomamos un préstamo, el banco pide la seguridad de que nosotros podemos cumplir nuestra promesa, así éste verso es otra "verificación de crédito" a Dios.

"Dios el Señor" está más que feliz de probar Su fiabilidad hacia nosotros. Primero El nos dice que miremos hacia arriba, porque El es el "Creador de los cielos, y el que los despliega". Después nos dice que miremos hacia abajo, por que El es quien "extiende la tierra y sus productos". Después El nos dice que nos miremos en un espejo, por que El es "el que da aliento al pueblo que mora sobre ella". ¡El Dios que hizo tales grandezas puede cumplir Su promesa acerca del Siervo!

Sin embargo, el Señor no solo nos dio las promesas acerca del Siervo; El también le dio promesas al Siervo para sostenerle. Por lo que Dios el Padre le dice al Siervo, Dios el Hijo: "Yo Jehová te he llamado en Justicia, y te sostendré por la mano". Específicamente ésta es una promesa del Señor al Siervo - Jesucristo. ¡Cuánto ánimo habrá recibido Jesús de pasajes como éste cuando encaraba dificultades y pruebas durante Su ministerio terrenal!

El prometió que El le había llamado en justicia; así que era como si el Padre le dijera al Hijo Sirviente, "Porque no había nada impuro o injusto en Mi llamado, Tú puedes estar confiado de que el llamado será cumplido".

El prometió que le sostendría por la mano: así que era como si el Padre le dijera al Hijo Sirviente, "¡Yo estoy siempre contigo, para amarte y guiarte. Nunca te dejaré. Te sostengo de Tu mano en todo tiempo!"

El prometió ponerle por pacto del pueblo y luz de las naciones a los Gentiles; así que era como si el Padre le dijera al Hijo Sirviente, "Tú cumplirás el propósito por el cual te llamé. Tú traerás salvación, no solo a Tu pueblo, sino también a aquellos que están lejos, quienes parecieran estar lejos de la salvación".

El prometió que se abrirían los ojos del ciego y se daría libertad a los cautivos en prisión; así que era como si el Padre le dijera al Hijo Sirviente, "Te usaré para hacer milagrosas obras de restauración y sanidad, tanto físicas como espirituales. Tú serás usado para traer vista y libertad a muchos".

Qué gloriosas promesas, ¡cada una cumplida en el ministerio de Jesús! Por extensión, estas promesas pertenecen también a nosotros. Jesús oró, "Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo" (Juan 17:18). Así que nosotros somos enviados como siervos al mundo de la misma manera que Jesús, el Siervo Perfecto fue enviado, y por ello podemos recibir éstas mismas promesas como si nos pertenecieran a nosotros.

Así que considéralo: Dios te promete un llamado, sostenerte de la mano y guardarte, usarte para traer salvación a otros, y traer vista y libertad a muchos. Así como el Padre envió al hijo, así el Hijo nos ha enviado a nosotros.

David Guzik

1 comentario:

genaro álvarez dijo...

!Wow!
Es increíble como Dios nos habla una y otra vez "hasta que sea necesario". A pesar de que muchas ocasiones Dios me ha mostrado este mismo mensaje tiempo atrás, que refrescante es oir hablar a Dios dicíendome lo mismo otra vez.

Juan 17 Nuestro Señor nos envía así como el Padre lo envió a Él.

Que Dios siga capacitandonos y transformandonos para dicho llamado y que Él sea glorificado en nosotros, para Su gloria.

Simples vasos de barro con un tesoro dentro de nosotros...

Saludos desde México DF

genaro