martes, 11 de noviembre de 2008

Recibiendo la fuerza de Dios

praise

El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
(Is. 40:29-31)

Isaías 40 es ciertamente un gran capítulo, y uno de los temas más grandes en él, es la grandeza y gloria de Dios. Isaías nos ha dicho: "¡Ved aquí al Dios vuestro¡" (Is. 40:9). Nos ha contado la grandeza de Dios como pastor (Is. 40:11). Nos ha dicho cómo la mano de Dios es suficientemente grande para medir las aguas de la tierra, y que El es tan grande como para pesar las montañas en balanza (Is. 40:12). Nos ha dicho que las naciones son como una gota en el balde de Dios (Is. 40:15), y que ningún sacrificio animal es suficientemente grande para El (Is. 40:16), nos dijo también que nada es igual a Dios (Is. 40:25)

Después de todo esto, Isaías lo aplicó  a la situación de aquellos que necesitan fortaleza. Escribió lo siguiente: "El da esfuerzo al cansado". Después de explicar toda la grandeza y gloria de Dios, ahora Isaías explica otro beneficio que podemos recibir de nuestro Dios - ¡El nos da Su gran Poder!. Notemos a quién le da poder nuestro Dios: al cansado, y a quienes no tienen fuerza alguna, El se las multiplica. Aquellos que son orgullosos y que confían en su propia sabiduría y fuerza, no recibirán fortaleza de parte de Dios.

No obstante, "Los muchachos se fatigan y se cansan". Aquellos que piensen de sí mismos como fuertes, encontrarán que son débiles. La fuerza de Dios es reservada para aquellos que reconocen que son débiles, y saben que en ellos no hay capacidad.

Así permanece la promesa: "Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas". ¿Cómo se recibe esta fortaleza de parte del Señor?. La recibimos al esperar en el Señor. La idea detrás de esperar en el Señor no es la de sentarse pasivamente por ahí hasta que el Señor haga algo. Sí, Dios nos da fuerza; pero no esperamos que lo haga mientras yacemos en nuestra pasividad. El derrama esa fuerza sobre nosotros cuando le buscamos, cuando dependemos de El en lugar de nuestras propias fuerzas. Si somos débiles ¡es porque no estamos esperando en el Señor!

También se nos dice que El renovará nuestras fuerzas (los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas); fuerzas que alguna vez recibimos cuando vinimos al Señor por primera vez en debilidad. Entonces, esa fuerza es renovada cuando esperamos en el Señor. ¿Cómo "luce" ésta fuerza?

"Levantarán alas como las águilas". Esta es la medida de la fuerza que el Señor nos da - fortaleza para elevarse por encima de cualquier cosa-.

"Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán". Este es el propósito de la fuerza que el Señor nos da - fuerza para avanzar y progresar para El- No es fortaleza para presumir, sino fuerza para avanzar.

"Cansado" en Isaías 40:29 y "Fatigar" en Isaías 40:30 son la misma antigua palabra Hebrea, que significa "fallar por pérdida de fuerza inherente". "Flaquear" o "Flaquean" en Isaías 40:30 es una palabra diferente que significa "agotamiento a causa de la dureza de la vida" Si estamos desgastados por cualquier razón, Dios está ahí para darnos fuerza - si estamos dispuestos a esperar en El.

Notemos la secuencia, porque parece extraño. Primero remontaremos con alas como de águila. Después corremos. Finalmente caminaremos. ¿Parece fuera de orden? Para nada. Primero, reconocemos que El "nos ha hecho sentar en lugares celestiales en Cristo Jesús" (Efesios 2:6). Después, nos colocamos en el curso para correr la carrera (Hebreos 12:1). Entonces estamos en el buen lugar para andar en el Señor (Col. 2:6)

La fortaleza de Dios -está ahí para ti el día de hoy. ¡Súbete!

 

David Guzik

1 comentario:

Noemi dijo...

muchas bendiciones desde mi blog
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.comeinesf 50