viernes, 21 de noviembre de 2008

Porqué El vino

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En el evangelio de Juan, hay cinco lugares dramáticos donde Jesús nos dice por qué El vino. Así que, ¿por qué vino Jesús? Que sea El quien nos lo diga con sus propias palabras:

 

 

EL VINO PARA SER UN SIERVO: Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.  (Juan 6:38) Esto nos dice de dónde vino Jesús -del cielo. El no solo vino del cielo en el sentido de visitar la tierra. ¡Dios no necesitaba visitar la tierra como un tipo de turista cósmico! Notemos que Jesús dijo: "he descendido del cielo". El descendió del cielo, descendió de Su lugar de completa majestad y gloria. El no perdió la majestad y gloria que tenía, pero sí hizo una decisión para descender de aquél status, ocultándolo y rehusando disfrutar de sus esplendores por un tiempo.

Este verso también nos dice a qué vino Jesús: a hacer la voluntad de Dios el Padre, quien lo envió. Esta era parte de su descenso del cielo - Dios hecho carne, tomando la posición de servicio totalmente sumiso. En esto, Jesús nos mostró la importancia de permitir que Dios dirija nuestras vidas, en vez de tratar de que El apoye nuestra agenda.

EL VINO A DIVIDIR A LOS HOMBRES: "Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados" (Juan 9:39) Jesús vino a ser una línea divisoria entre la humanidad. Hay un lugar en lo alto de las Montañas Rocosas, conocido como "División Continental" el lugar donde Norte América se divide entre este y oeste, la línea que determina si una gota de agua fluirá al este hacia el Atlántico, o al oeste hacia el Pacífico. Jesús es la gran división de la humanidad; nosotros podemos o aceptarle, o rechazarle. Nuestra decisión no determina quien es Jesús; determina quienes somos nosotros. Cierto hombre permanecía de pie contemplando una pintura hecha por un gran maestro. Después de cierto tiempo, un ujier del museo le preguntó qué pensaba. "Estoy tratando de decidir si me gusta el trabajo de éste pintor" le dijo. El ujier replicó: "Esa pintura no está en juicio, pero sí lo está tu habilidad como crítico de arte". Lo que pensamos acerca de Jesús dice más de nosotros que de El.

EL VINO A DAR VIDA: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10) Mucha gente se pregunta acerca de la vida y la muerte; aún más personas se preguntan acerca de la vida durante la vida. Jesús vino a darnos vida, y vida eterna por cierto. Cuando nosotros decimos vida "eterna", no nos referimos a su duración solamente, sino a la calidad de esa vida - una calidad de vida que disfrutamos justo ahora en Cristo Jesús. Para el cristiano, la vida eterna no comienza cuando morimos sino, tan pronto la recibimos como un regalo de nuestro Dios. Jesús vino como un hombre a darnos vida.

EL VINO A SER LUZ DEL MUNDO: "Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. " (Juan 12:46) Nosotros cantamos ésta idea en la canción "Oh pequeña ciudad de Belén": "Aún en las obscuras calles brilló la eterna Luz". No solo  las calles de Belén las que estaban en la oscuridad, sino el mundo entero estaba sumido en tinieblas espirituales hasta que Jesús vino. El trae luz, no solo al mundo como un todo, sino a  cada vida que le recibe.

EL VINO PARA TRAER LA VERDAD: "Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz." Al caminar en ésta tierra, Jesús hizo que mucha gente se sintiera bien. ¿Quién podría sentirse de otro modo si su hijo era sanado, o si recibía un desayuno de pescado y pan gratis por parte de Jesús? Pero Su verdadero propósito, no era hacer que la gente se sintiera bien. El mismo dijo: "para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad..." Le agradecemos por cada vez que nos hace sentir bien, pero nosotros centramos nuestra vida en algo más grande. Con los ojos de tu corazón, mira al Bebé en el pesebre, y considera por qué El vino. ¿Acaso no es El mayor que tú y que todos nosotros? Si lo es, el hecho de Su venida importa mucho más que cualquier buen sentimiento que pudiéramos tener o no. Su persona y Su verdad nos dan algo mayor por qué vivir -algo mayor que darle a El.

"¡Oh santo niño de Belén!" desciendo a nosotros, te pedimos;

Quita nuestro pecado y entra, nace hoy en nosotros.

Escuchamos los angeles de Navidad, las nuevas de gozo nos dan;

¡Oh ven a nosotros, habita con nosotros, Señor nuestro Emanuel!

 

David Guzik

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